Karina Kamalier Pereira Torreal
Karina Pereira, una mujer de 46 años, atesora un objeto que para cualquiera sería solo un accesorio de cama: una almohada de los Navegantes del Magallanes, un equipo de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, pero para Karina es una cápsula del amor profundo hacia su único hijo, quien se lo obsequió mientras vivían en Caracas, con quien, además, comparte el amor por el béisbol.
La decisión de migrar a Medellín fue impulsada por las difíciles circunstancias económicas que Karina enfrentaba junto a su hijo y nieto. La almohada se convirtió en una compañera de viaje esencial, brindando consuelo y un sentido de hogar durante las arduas jornadas en bus hacia su nuevo destino. A pesar de que su hijo y nieto tuvieron que regresar a Caracas por razones de seguridad, la almohada permanece con Karina, siendo el único recuerdo físico que guarda de su vida en Venezuela.
Hoy, viviendo sola en Medellín, Karina encuentra en su almohada no solo un objeto para descansar sino un puente emocional hacia su familia. Cada noche, al abrazarla, siente la presencia de su hijo y nieto a su lado, brindándole la fuerza necesaria para enfrentar los retos de la vida en el extranjero. La almohada, es un recordatorio del amor incondicional y la esperanza de reunirse nuevamente con sus seres queridos. La almohada de los sueños compartidos