Argeliz Deyanira Torres Patiño
Argelis, una madre valiente, emprendió un viaje de seis días a pie hacia Colombia con sus hijos, su pareja de aquel momento, y un peluche que le regaló su madre cuando cumplió 15 años. Buscaba un futuro mejor, motivada por las promesas de oportunidades laborales en Colombia. Sin embargo, el camino estuvo plagado de dificultades, enfrentándose al hambre, al desgaste físico y a humillaciones. El viaje tomó un giro aún más sombrío cuando Argelis, en el trayecto, fue retenida y sometida a diferentes tipos de abusos, incluyendo la violencia sexual.
Durante ese tiempo fue separada de sus hijos, quienes también enfrentaron maltratos en el lugar donde fueron dejados. En medio de esta oscuridad, un joven desconocido le tendió la mano, ayudándola a escapar y a reunirse finalmente con su familia. Durante este tormentoso periodo, pensó que había perdido su preciado peluche; sin embargo, al reencontrarse con su familia, se dio cuenta que uno de sus hijos lo había guardado para ella mientras estaban separados. Ya en Colombia, y enfrentándose a la nueva realidad sin la presencia de su esposo, quien los abandonó, el peluche se ha convertido en un símbolo de resiliencia para Argelis y sus hijos.
En un bastión de fuerza, acompañamiento y soporte emocional. Para Argelis, el peluche es un recordatorio palpable del amor incondicional de su madre, que le brinda la fortaleza necesaria para superar las adversidades y reconstruir su vida en un nuevo país; además, una extensión de su amor por los hijos, pues también los acompañó a ellos, haciéndola presente en medio de sus momentos de separación.